El restaurante Fishka ha apostado
por una cocina Mediterránea con toques rusos, con productos muy frescos y de
muy buena calidad y esto, creedme, se nota al probar los platos de su carta,
platos a los que su chef, Matías Fusi, les da un toque fresco gracias a guarniciones
con verduras de temporada.
Fishka significa pescado
cocinado, pero también es una expresión que se utiliza para decir que algo mola
y sí, Fishka mola. :)
Está situado cerca del auditorio
nacional de Madrid, en la calle Suero de Quiñones 22. Al entrar en el
restaurante te da una sensación acogedora, de paz. Un lugar con luz, cosa que
agradezco, me da mucha rabia los restaurantes oscuros en los que intuyes lo que
vas a comer gracias a la luz de la vela que te han puesto en la mesa.
Tiene varios ambientes, todos
ellos en perfecta armonía. Nada más entrar está la barra, donde poder tomar una
cerveza y un aperitivo antes de entrar al auditorio o unas copas después. A unos pasos
nos encontramos el comedor con varias mesas, todas ellas vestidas con
manteles y platos blancos, lo que da sensación de limpieza y elegancia.
En una de las paredes del comedor hay una ventana que da a la cocina, haciendo un poco
participes a los comensales de lo que pasa en ella. Al otro lado un ventanal. Nosotros tuvimos la suerte de que nos reservaron una mesa que daba a este ventanal, parece que estás cenando en una terraza y, si hay suerte y la noche acompaña, entra una brisa muy agradable.
A continuación del comedor se
encuentra el reservado, separado de este por una puerta corredera.