Ángel León y su equipo han logrado transmitir toda su
pasión por la mar a través de sus platos, de la decoración de la sala y de la
propia ubicación del restaurante, un antiguo molino de mareas. Desde que entras
por la puerta de Aponiente todo está relacionado con el mundo marino y, durante
unas horas, navegas junto a su tripulación en este maravilloso proyecto.

En Aponiente no
sólo conocen el sabor y la técnica de cocinado de los productos marinos,
también lo respetan y admiran, lo miman y disfrutan, lo estudian y diseccionan
al milímetro. Tanto es así que hasta han conseguido incluir en sus platos y
lanzar al mercado un nuevo ingrediente, la esencia del sabor a mar: el
plancton.